No creía que en un lugar como ese pudiera encontrar algo que me haga feliz, que me produzca ese cosquilleo tan indescriptible, algo por lo que valga la pena ir. Todas las mañanas lo mismo, la misma rutina de todos los días, esa rutina tan aburrida, y lo peor, una rutina obligada. Pero una mañana todo cambió. Nunca olvidaré ese día que entraste como a un mundo desconocido, con esa sonrisa tan encantadora, esa sonrisa que nadie te saca y con ese perfume tan tuyo.
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